Osasuna sorprende y convence

Osasuna escenificó ayer el cuento de la Cenicienta. Salió al campo y no lo estaba haciendo mal... Los nuevos fichajes cumplían a la perfección. Raitala creo ocasiones de peligro por la banda, Lamah daba seguridad en la zaga y el canterano, rescatado del Huesca, Andrés Fernández volvía a ser de gran seguridad en la portería.
La cosa funcionaba aunque ya se sabe que con Osasuna nunca se sabe (valga la redundancia) y aunque estabamos jugando bien y el Sporting no tan bien siempre existe ese miedo a que llegue un gol del contrario...

Pero el guión ayer fue diferente, Osasuna siguió achuchando, dominaba en la posesión, Raitala hizo un pase impecable a Nino, que encajó el balón en la portería de Juan Pablo. ¿Gol de Osasuna? Sí gol de Osasuna en el minuto 28, primera parte, nada de en el descuento y sufriendo. Y si eso no fuera poco sólo pasaron dos minutos hasta que Cejudo enganchó el balón con la pierna derecha (que no es su pierna buena) y metió un auténtico golazo. 2 - 0, sí, sí 2 - 0 y no estabamos soñando.
Llegó el descanso y como era lógico tocaba defender atrás, ¿cobardía, amarreteguis? claro que sí, y a mucha honra, que somos Osasuna no el Barcelona, sobre todo si además echamos la vista atrás y recordamos todas las veces que hemos ido ganando y nos han empatado o hemos acabado perdiendo.

Hubo cambios en Osasuna, salió el más esperado, Raúl García volvía a casa y en su primera jugada cabezazo dentro en el área y goluuuuyyyy, casi el 3 - 0 para un Osasuna que mucho distaba de los rojillos vistos en el primer partido contra el Atlético de Madrid.
Aun así el final del partido fue lo esperado y a lo que estamos acostumbrados.

A Osasuna le toco sufrir y es que si no se sufre en el Sadar, digo perdón en el Reyno de Navarra, es como si no fuera Osasuna. En el único error que tuvo Andrés Fernández, Barral se fabricó un golito el solito y puso el 2 - 1 para el Sporting en el minuto 75. En ese momento surgían los fantasmas, más de uno pensaba en la típica frase: "si es que siempre igual", pero no, esta vez no fue así y los rojos aguantaron, siguieron dominando y al final Fernández Borbalán pitó el final del partido con el 2 - 1 en el marcador.
Fin del partido, primera victoria de la temporada y esta vez sí con buenas sensaciones para casa. Pero tengamos los pies en la tierra y que esto no sea como el cuento de la Cenicienta, que a las 12 de la noche se convierte en calabaza.